Hoy abrimos un nuevo espacio en este blog dedicado a la divulgación científica. En él, revisaremos de un modo simple y conciso diferentes estudios y artículos científicos que en algún momento de la Historia tuvieron una especial relevancia por su peso, por lo novedoso de sus planteamientos o, simplemente, por adelantarse a su tiempo.
En el caso de hoy, hablaremos de un trabajo de 1989 publicado en la revista Pathology y firmado por William E. Stehbens. En el mismo, el autor se cuestiona el ya por entonces más que institucionalizado dogma al abrigo del cual el colesterol dietético sería el responsable directo de la aterosclerosis en humanos, pese a la muy extensa literatura científica que se oponía a tal planteamiento. Es importante reseñar cómo pese a lo aplastante de los datos, son muchas décadas ya de inmovilismo en lo que al vínculo colesterol-aterosclerosis se refiere. Así pues, como siempre ocurre, la Historia es una de nuestras grandes aliadas a la hora de entender cómo y por qué llegamos a determinados puertos. Y cómo no, una impagable herramienta para la divulgación.
En el caso de hoy, hablaremos de un trabajo de 1989 publicado en la revista Pathology y firmado por William E. Stehbens. En el mismo, el autor se cuestiona el ya por entonces más que institucionalizado dogma al abrigo del cual el colesterol dietético sería el responsable directo de la aterosclerosis en humanos, pese a la muy extensa literatura científica que se oponía a tal planteamiento. Es importante reseñar cómo pese a lo aplastante de los datos, son muchas décadas ya de inmovilismo en lo que al vínculo colesterol-aterosclerosis se refiere. Así pues, como siempre ocurre, la Historia es una de nuestras grandes aliadas a la hora de entender cómo y por qué llegamos a determinados puertos. Y cómo no, una impagable herramienta para la divulgación.
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